Guerra Bilbao-Irak

25 de diciembre de 2004

chiste
LA GUERRA CON SADDAM


Está Saddam Hussein sentado en su oficina un día pensado como tomarle el pelo a los inspectores un rato más, cuando suena el teléfono...

- Buenos días, Sr. Hussein -dice una voz con un fuerte acento de Bilbao.

- Soy Gaizka, propietario del bar Txiqui en Bilbao y le llamo para informarle que hemos decidido declararle oficialmente la guerra.

- Bien Gaizka, -responde Saddam,- qué noticia tan interesante. ¿De cuántos soldados disponéis?

- Por ahora somos yo, mi primo Patxi, su vecino Chechu, y el equipo completo de pelotaris del barrio. ¡En total ocho!

- Amigo Gaizka, creo que debería informarte que tengo un millón de hombres en mi ejercito esperando mis ordenes para atacar

- ¡Ostia! Creo que le tendré que volver a llamar. Hasta luego.

Al día siguiente, Gaizka llama otra vez.

- Sr. Hussein, nuestra declaración de guerra sigue en pie: hemos conseguido algo de armamento de infantería.

- Y de que tipo de armamento estamos hablando, Gaizka?

- Tenemos el R5 de Patxi, la bicicleta de Chechu y una grúa que le hemos robado a los municipales

- Creo que debería informarte que yo tengo 16.000 tanques y 14.000 vehículos blindados para el transporte de tropas. Además, desde que hablamos ayer, he incrementado mi ejercito hasta un millón y medio de hombres.

- ¡Cago en la puta! Le tendré que llamar otra vez, hasta luego.

Una vez más, Gaizka llama al día siguiente.

- Sr. Hussein, mi declaración de guerra sigue firme. Hemos conseguido extender nuestras fuerzas por mar y aire. Hemos conseguido atar un torpedo a la tabla de surf de Joseba y puesto un par de metralletas a un ultraligero que teníamos a mano. Además, se nos han unido 4 chavales aizcolaris, con hachas y todo. De capellán vamos a intentar llevarnos a Arzallus. Le llamaba para avisarle y que se prepare.

Saddam, tras guardar silencio, responde:

- Gaizka, te tengo que informar que yo tengo 1.000 bombarderos y 2.000 aviones de combate. Mi residencia está rodeada de láseres de defensa contra misiles, y desde ayer, he vuelto a incrementar mi ejercito a 2 millones de hombres.

- ¡Jesús, María y José! -responde Gaizka- Creo que mañana le volveré a llamar

Como ya venía siendo costumbre, Gaizka llama al día siguiente:

- Buenos días, Sr. Hussein. Siento informarle que vamos a tener que cancelar la guerra. Retiramos nuestra declaración.

- Vaya, lo siento. -le dice Saddam- ¿A qué se debe el cambio de opinión?

- Bueno -dice Gaizka-, la verdad es que lo he comentado con los chavales en el bar, y hemos decidido que ni de coña vamos a ser capaces de dar de comer a 2 millones de prisioneros.

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